domingo, 25 de noviembre de 2012

¡No más violencia de Género!


Te llamas “Susana”, y por supuesto estás feliz porque por fin el chico más guapo de tu escuela se fijó en ti. Habías hecho todo lo que estaba en tus manos para atraérlo, aún sabiendo que tus posibilidades de conquistarlo eran bajas: él tan guapo, tan carismático, tal galán… siempre estrenando novias, que, de seguro, “no sabían apreciarlo y retenerlo” pensabas. Pero ahora, milagrosamente había posado su mirada en ti, y te había obsequiado la más inocente y seductora de sus sonrisas. No te lo podías creer, ¡te había dicho “hola” y te había hecho el día¡ Pocas pláticas y pocos días después, sí, tu príncipe azul te pidió que fueras su novia. Era hora de vivir tu sueño, por lo que hiciste caso omiso de algunos comentarios de tus amigas “envidiosas”, que hacían algunos comentarios negativos sobre él. Por lo mismo, te alejaste de ellas, además de que tu flamante y reciente novio también te había alentado a dejar semejantes e intrigantes amistades.

Por supuesto que también tuviste que alejarte poco a poco de tus compañeros varones, pues, ¡Ays!, tu novio te quería tanto, tanto, tantooooo, que se ponía celoso si te veía platicando con alguien más, quería toda tu atención, todo tu amor, todo tu tiempo… Qué bájale a la falda, y la bajaste,  que no  te pintes tanto,  fuera pintura, que por qué no contestas mis mensajes inmediatamente y ahora no sueltas tu celular ni para ir al baño.  ¡Pero es tu príncipe azul!  Aún te sientes tan afortunada y tan gradecida que se haya fijado en ti, que te “envidien” tus amigas, de ir colgada de su brazo como un trofeo.

¡Además es tan juguetón! Les divierte darse pequeños empujones, el que te jale la trenza, el apretarte la  mano con fuerza para demostrarte lo fuerte que es. Y por supuesto, la bofetada que te dio hace unos días fue por tu culpa, por hacerlo enojar, enfurecer, ¡Cómo te atreviste a usar esa falda corta que tanto te gusta!, cuando sabes que eso ya no está permitido,  como todas esas pequeñas cosas que antes disfrutabas, pero que bien valen el sacrificio por conservar su amor…

Te admiro, te admiro de verdad, porque la segunda vez que te golpeó, sentiste que te hizo un gran favor;  todo lo viste en cámara lenta, la furia de sus ojos,  su expresión crispada, la violencia de sus palabras que no dejaban de decirte que eras una cualquiera.  También en cámara lenta viste venir el golpe, la mano dirigiéndose a tu rostro, pensando mil cosas y una de ellas preguntándote cómo habías llegado a ese punto de espanto y desconcierto. Sentiste en tu rostro toda su frustración, todo su coraje, toda su pequeñez…  Y para cuando se mano iba en retroceso y tu cara lo enfrentaba nuevamente, viste su mirada de asombro, de no entender, e intentó golpearte una vez más, pues tú, sonreías…

Sí, sonreíste porque en ese momento cayó un velo de tus ojos, y como flashazos te llegaron todos esos momentos de abuso que pasaste con él, como poco a poco habías sido cada vez menos tú y más la muñeca sin voluntad o obediente que quería hacer de ti. Cómo te había alejado de tus amistades, cómo te manipulaba, cómo, sin date cuenta, le habías cedido cada vez más control. Sonreíste por esa claridad de tu mente, por haberle devuelto movimiento a tus alas, ligereza a tu corazón; porque por fin comprendiste que ¡ninguna reina merecía semejante patán azul!  En pocas y más llanas palabras,  comprendiste quién eras tú, tu valía, el respeto que te merecías a ti misma, detuviste su mano firmemente antes de que tocara tu estrenada expresión de júbilo, y le dijiste sin titubear:

¡Nunca más, adiós!


Miss Esthela

Sin más palabras, relato dedicado a mis queridas alumnas de bachillerato, con mucho cariño. ; )

Los y las invito a ver el vídeo "Derechos Fundamentales de las Mujeres" en la sección correspondiente.

!Que tengan unos días excelentes de descanso antes de comenzar su segundo cuatrimestre!




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